lunes, 5 de diciembre de 2011

si pudieras rescatarte a mi alma y abrir tu cabeza para que veas cuanto te quiero

Era fácil, nadie más podía encajar en su cabeza, en su alma, en su cuerpo. Las medidas eran perfectas, estaba diseñado a su medida. Armó un cigarro, y fumó mientras caminaba por sus calles, las que tantas veces había caminado. Subió a un colectivo, sin destino alguno, solamente por el placer de viajar, terminó en otra playa, se sentó en la arena y comenzó a pensar: ¿amor?, sí amor, ¿obseción? eso no era una obseción. Se sumergió en el mar y lentamente se estremeció. No quiso seguir más allá, cerca de aquellas medidas perfectas, ella tenía demasiado miedo de seguir SIN ÉL.

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